El panorama económico español se complica de cara a los próximos meses. El Banco de España ha publicado esta semana su informe trimestral en el que rebaja las previsiones de crecimiento del PIB para 2025, situándolas en un 2,1 % frente al 2,4 % estimado anteriormente. Aunque el país sigue creciendo por encima de la media de la Eurozona, el organismo advierte de que empiezan a aparecer síntomas de agotamiento en varios sectores clave.
Factores que explican la revisión
El informe del supervisor identifica tres causas principales para este ajuste:
- Debilidad de la demanda europea: Alemania y Francia, principales socios comerciales de España, atraviesan un periodo de estancamiento que afecta directamente a nuestras exportaciones de bienes industriales y agrícolas.
- Moderación del consumo interno: aunque los hogares mantienen un nivel de gasto elevado, la subida de los tipos hipotecarios y la inflación acumulada de los últimos años están empezando a reducir la capacidad de compra.
- Incertidumbre internacional: las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, la volatilidad de los precios energéticos y la inestabilidad geopolítica en Oriente Medio generan un clima de prudencia en las empresas españolas.
Empleo, estable pero con freno
A pesar de la rebaja en las previsiones de PIB, el Banco de España espera que el empleo siga creciendo, aunque a un ritmo más lento. Se prevé la creación de unos 280.000 nuevos puestos de trabajo en 2025, frente a los más de 400.000 del año anterior. Esto significará que la tasa de paro podría mantenerse en torno al 11 %, todavía muy por encima de la media comunitaria.
Inflación y tipos de interés
Otro de los puntos destacados del informe es la evolución de los precios. Tras un 2023 y 2024 marcados por la volatilidad energética, en 2025 la inflación se ha estabilizado en torno al 2,2 %, cerca del objetivo del Banco Central Europeo. Sin embargo, la institución advierte de que una nueva escalada de los precios del petróleo podría volver a tensionar la economía española.
Los tipos de interés, por su parte, se mantendrán elevados al menos hasta mediados de 2026, lo que seguirá encareciendo hipotecas y créditos a empresas.
Riesgos a vigilar
El organismo supervisor subraya varios riesgos que podrían agravar la situación económica:
- Déficit público elevado: España sigue con un déficit cercano al 4,5 % del PIB, lo que limita el margen de maniobra del Gobierno.
- Productividad estancada: la falta de inversión en I+D y la baja cualificación de parte de la fuerza laboral siguen siendo lastres estructurales.
- Excesiva dependencia del turismo: un sector vulnerable a cualquier crisis internacional o climática.
Opinión de los expertos
Los economistas coinciden en que la rebaja de previsiones no supone un giro dramático, pero sí es una llamada de atención. “España sigue siendo una de las economías que más crece en Europa, pero debe prepararse para un entorno global mucho más difícil”, señala la analista Marta Soler, de Analistas Financieros Internacionales.
Perspectivas para 2026
El Banco de España mantiene, no obstante, un tono relativamente optimista a medio plazo. Sus previsiones apuntan a que la economía podría volver a acelerar en 2026 si se consolida la recuperación europea, se estabilizan los mercados energéticos y las inversiones de los fondos europeos Next Generation logran materializarse en proyectos productivos.
En conclusión, el informe transmite un mensaje claro: España no está en riesgo inmediato de recesión, pero el ciclo de fuerte expansión de los últimos dos años empieza a mostrar señales de desgaste. El reto ahora es consolidar un crecimiento más equilibrado y sostenible, reduciendo las vulnerabilidades que arrastra la economía desde hace décadas.