La periodista Maribel Vilaplana, que el 29 de septiembre de 2024 compartió comida con el president de la Generalitat, Carlos Mazón, en el restaurante El Ventorro de Valencia el mismo día de la devastadora DANA, ha publicado una carta abierta en la que ofrece su versión de lo ocurrido. Más de diez meses después, su relato añade matices y busca aclarar su papel en una de las polémicas políticas más comentadas de la Comunitat Valenciana.
En su carta, Vilaplana corrige el horario que había dado inicialmente. Explica que no salió del restaurante a las 17:45, como dijo en un principio, sino entre las 18:30 y las 18:45. Según cuenta, las constantes llamadas que atendía Mazón y la espera posterior alargaron la sobremesa. Este cambio ha despertado críticas, aunque ella subraya que no altera el fondo de los hechos, ya que nunca fue consciente de lo que estaba ocurriendo en el exterior.
“Nunca supe la gravedad de lo que pasaba”
Vilaplana afirma que, durante la comida, no se le informó del alcance de la emergencia. Relata que Mazón contestaba llamadas, pero no compartió con ella el contenido de las conversaciones ni mostró signos de preocupación por la magnitud del temporal.
Víctima de acoso y del uso político de su nombre
La periodista denuncia que, tras conocerse su presencia en el almuerzo, ha sido objeto de una campaña de insultos, burlas y acoso en redes sociales y medios. Relata que llegó a sufrir un colapso emocional que la llevó al hospital y recibió diagnóstico de estrés postraumático. Además, lamenta que su nombre se haya utilizado como arma política sin su consentimiento. También cuestiona si, de haber sido hombre, habría recibido el mismo trato mediático.
Consecuencias judiciales
La Fiscalía ha descartado citarla como testigo en la investigación abierta por la gestión de la DANA. La decisión se suma a la ya tomada por la jueza, que optó por no desplazar el caso hacia Mazón, aforado como president de la Generalitat.
Un papel secundario convertido en protagonista
La periodista insiste en que fue una circunstancia fortuita: estar en la mesa equivocada en el momento equivocado. Sin embargo, la repercusión mediática y política ha convertido aquel almuerzo en un símbolo del debate sobre la reacción del Consell frente a la emergencia.
Polémica abierta
El testimonio de Vilaplana no cierra el debate. Al contrario, lo reaviva: por un lado, quienes la ven como víctima colateral, por otro, quienes cuestionan la tardanza y el cambio en su versión. Lo cierto es que su carta vuelve a situarla en el centro de la conversación política y mediática en plena tormenta interna en la Comunitat Valenciana.