Un informe del Instituto de Hidráulica Ambiental de Cantabria advierte que el Delta del Ebro podría perder hasta 3.500 hectáreas de superficie cultivable y hábitats naturales en las próximas décadas si no se refuerzan las defensas costeras frente a la subida del nivel del mar. El documento, encargado por la Generalitat de Cataluña, detalla que las zonas más vulnerables son la bahía del Fangar y la isla de Buda, donde el avance del agua marina es más rápido.
El informe recomienda la aportación masiva de sedimentos fluviales para compensar la subsidencia y la erosión, así como proyectos de recuperación de dunas y marismas que actúen como barreras naturales. Sin embargo, los regantes alertan de que la reducción de caudales del río y los recortes en los trasvases hacen prácticamente imposible asegurar el aporte de arena y limo necesario.
Organizaciones ecologistas recuerdan que el Delta es un espacio natural protegido y hábitat de más de 360 especies de aves, y que su pérdida supondría un impacto ambiental y económico de gran envergadura. El Gobierno central estudia declarar el Delta como zona de especial actuación prioritaria en la Estrategia Nacional de Adaptación al Cambio Climático.
