El arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, ha vuelto al foco mediático tras calificar de “barbaridad” las palabras de Santiago Abascal sobre el barco de la ONG Open Arms. El líder de Vox había señalado a finales de agosto que la embarcación debía ser “confiscada y hundida”, al considerarla un instrumento que fomenta la inmigración ilegal hacia Europa.
En su intervención, Planellas también acusó a Vox de promover lo que definió como un “cristianismo a la carta”, denunciando lo que interpreta como una instrumentalización de la fe con fines políticos. El arzobispo defendió que la Iglesia debería mantenerse fuera de la política, aunque justificó su derecho a opinar en aquellos asuntos que, en su criterio, afectan directamente a los valores del Evangelio.
Las palabras del prelado se suman a las críticas ya expresadas por distintos colectivos sociales y partidos, algunos de los cuales incluso han impulsado denuncias contra Abascal por presunto delito de odio tras sus declaraciones sobre Open Arms.
Vox responde y refuerza su mensaje
Desde Vox y el entorno de Santiago Abascal se interpreta este tipo de críticas como un intento de desacreditar un discurso político que, subrayan, no habla de religión, sino de soberanía y seguridad nacional.
El partido insiste en que la prioridad debe ser la defensa de las fronteras y la protección del Estado frente a la inmigración ilegal, a la que consideran una amenaza para la estabilidad, la convivencia y el futuro del país. Según esta visión, la polémica con el arzobispo no es más que una muestra del intento de sectores ideológicos y religiosos de distorsionar un mensaje centrado en la seguridad de los españoles.
El origen de la polémica
El debate se remonta a las declaraciones de Abascal en las que calificó al Open Arms de “barco negrero” y pidió su confiscación y hundimiento. En redes sociales, defendió que esa sería la medida más efectiva para frenar lo que denomina “la invasión de Europa”. Estas palabras provocaron una cascada de reacciones políticas, sociales y mediáticas, así como la denuncia presentada en Canarias por más de 250 personas y 26 colectivos, entre ellos Sumar, Podemos, UGT y CCOO.
Confrontación abierta
Mientras Planellas pide rebajar la tensión y recuperar la convivencia, Vox defiende que es precisamente la falta de control migratorio lo que alimenta los conflictos y genera inseguridad. Abascal, lejos de rectificar, mantiene su discurso firme en torno a la protección de las fronteras, una línea que el partido considera cada vez más respaldada por la mayoría de los españoles.
