Ryanair ha anunciado un recorte del 16 % en su oferta de plazas en España para la temporada de invierno de 2025, una decisión que incluye el cierre de su base en Santiago de Compostela y la suspensión de varias rutas en Vigo y Tenerife Norte. La compañía señala directamente al aumento del 6,62 % en las tasas aeroportuarias aplicadas por AENA como causa principal de este ajuste, calificando la medida de “excesiva e injustificada”.
Un conflicto abierto entre Ryanair y AENA
La aerolínea irlandesa explica que su modelo de negocio de bajo coste depende de mantener los gastos operativos lo más reducidos posible. Según la empresa, la subida de tasas no solo afecta a las compañías aéreas, sino también a los pasajeros, que acabarán pagando billetes más caros.
“Cada vez que AENA sube tasas, las regiones pierden vuelos, los aeropuertos pierden actividad y los viajeros pierden opciones”, señalan desde Ryanair.
Por su parte, el Gobierno y AENA han respondido que las tasas son necesarias para garantizar el mantenimiento y la modernización de la red de aeropuertos españoles. Consideran que la decisión de Ryanair es una maniobra de presión y acusan a la compañía de actuar de manera “agresiva”.
Impacto directo en las regiones afectadas
El anuncio ha generado preocupación en Galicia y Canarias, donde los aeropuertos afectados dependen en gran medida del tráfico de compañías de bajo coste. El cierre de la base en Santiago de Compostela supone la pérdida de conexiones directas y de empleo asociado a las operaciones de Ryanair en la zona.
En Vigo y Tenerife Norte, la suspensión de rutas reducirá la conectividad y obligará a los pasajeros a buscar alternativas más caras o menos convenientes.
Apoyo político a la compañía
Varios dirigentes autonómicos y responsables del Partido Popular han mostrado su apoyo a Ryanair, criticando la subida de tasas y advirtiendo del riesgo que supone para la conectividad aérea de regiones periféricas. Según estas voces, las decisiones de AENA están centralizadas en Madrid y no tienen en cuenta la realidad de los aeropuertos de menor tamaño, que dependen de cada vuelo para mantener su actividad.
Pasajeros como principales perjudicados
Más allá del choque entre empresa y administración, los primeros en notar las consecuencias serán los pasajeros. Con menos vuelos disponibles, habrá menos competencia, los precios tenderán a subir y se perderán rutas directas que antes facilitaban la movilidad.
Ryanair asegura que no está dispuesta a mantener operaciones deficitarias provocadas por tasas que, en su opinión, “no se corresponden con la calidad ni la eficiencia del servicio que presta AENA”.
Una batalla que continúa
El enfrentamiento entre Ryanair y el Gobierno no es nuevo. La aerolínea ya ha protagonizado otros conflictos por tasas y subvenciones locales. Esta vez, sin embargo, el impacto es mayor, al afectar a varias comunidades autónomas y a miles de pasajeros en plena planificación de la temporada de invierno.
Por ahora, Ryanair mantiene su postura firme y reclama una revisión de las tasas para poder garantizar una red de rutas amplia y sostenible. El Gobierno, en cambio, insiste en que las tasas no se negociarán bajo presión.
Lo cierto es que el pulso entre la principal aerolínea de bajo coste en España y la empresa pública que gestiona los aeropuertos deja un escenario incierto. Mientras Ryanair denuncia un “atraco” a pasajeros y aerolíneas, el Gobierno defiende la subida de tasas como necesaria.
Los viajeros, por el momento, son quienes más pierden: menos vuelos, menos destinos y más precios altos.